T1 - Tombbus | |
Fuera de servicio | |
Autobus de la línea Tombus, año 2002.
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En el pleno del 3 de mayo de 1990 del Ente Metropolitano del Transporte (EMT) aprobó un concurso para la adjudicación de tres nuevos servicios de autobuses de Barcelona: el Nitbus, Aerobús y TombBus. El servicio TombBús pretendía captar una franja de usuarios que se desplazaban al centro de la ciudad en coche particular o taxi. En un principio se tenía proyectado dos recorridos: una que partía de la calle Mandri, para seguir por Vía Augusta, Pl. Francesc Macià y llegar a la Pl. María Cristina y la otra que partía de la Pl. Francesc Macià, Av. Diagonal, Rambla Cataluña y Pl. Cataluña. El día 14 de Marzo de 1991 se fundó la sociedad Transports Ciutat Comtal S.A., una sociedad formada por partes iguales por TMB, Transportes Urbanos de Zaragoza y Martí Renom (SARBUS). Esta nueva empresa comenzó a gestionar los servicios de AeroBus y Tombus. El 10 de junio de 1991 se puso en funcionamiento con 13 midibuses VanHool (dos de los cuales serían de reserva) de 8 metros y una frecuencia de 6 minutos. Al final solo circuló una línea que partía de la Pl. Mª Cristina para seguir por la Av. Diagonal y bajar por la Rambla Cataluña hasta llegar a la Pl. Cataluña. El itinerario de vuelta realizaba el mismo recorrido, pero de subida utilizaba el Pº de Gracia. El billete, el primer año, costaba 125 ptas. Recordemos que el billete ordinario de autobús valía 75 ptas. Más adelante, el 22 de octubre de 1991, amplió su recorrido hasta la Pl. Pius XII enfrente del Hotel Princesa Sofía y el 30 de junio de 1992 modificó su recorrido en sentido descendente y pasó a circular por el Pº de Gracia en vez de la Rambla Cataluña. El color azul, la personalización de la señalización en los puntos de la parada y el acertado diseño interior de los vehículos son algunos de los aspectos que marcan el carácter de esta nueva opción de transporte, que tiene por su contra un precio más elevado de su billete y que no está integrado con el resto de tarjetas de viaje. Su objetivo era reducir el uso del coche en una ruta de gran actividad comercial. Las compras fueron desde el principio el principal reclamo de este autobus, que nació como complementario a las líneas de TMB y no con voluntad de hacerles la competencia. Los primeros midibuses en utilizarse eran Van Hool A508 Urbano, cuyo motor es Man D 08026 OH aspirado que se sitúa verticalmente entre los ejes, en el lateral izquierdo bajo los asientos. Está encapsulado e insonorizado, es diesel de cuatro tiempos y posee seis cilindros en línea. Su déposito de gasoil se llena por la derecha, con una capacidad de 150 litros. El equipo eléctrico, de 24V. se encuentra centralizado al que suministran energía las baterias 2x12V-200Ah, colocadas sobre un carro deslizante al exterior y un alternador Bosch 120 A, con regulador y antiparasitage incorporado. Apoyados en dos circuitos independientes existen cinco tipos de frenos, el de servicio, el de socorro, el de estación, el de parada y el auxiliar. La carrocería es autoportante, construida también por Van Hool, de pasillo rebajado en ligera pendiente hasta la puerta trasera, mientras su estructura se basa en perfiles de acero soldados eléctricamente. En el revistimiento exterior del Tombbus se aprecia su paragolpes delantero en poliester con refuerzo de acero. Interiormente presenta un aislamiento térmico en techo y laterales, además de protecciones detrás de los huecos de escaleras y del conductor, más columnas y asideros en perfiles tratados al epoxi. Dos claraboyas y dos airedores estáticos permiten tanto una buena ventilación como una perfecta distribución del calor. El interior del autobús fue diseñado por Manuel Ibergengoitia. Equipados con hilo musical y aire acondicionado en verano, estos vehículos iniciaban su recorrido a las 8.45 horas, de lunes a sábado, y finalizaban el servicio pasadas las 21 horas. La inversión efectuada para la puesta en marcha de la línea era prácticamente de unos 300 millones de pesetas. Aunque el proyecto preveía la instalación de teléfonos en los vehículos, la línea empezó a funcionar sin estos aparatos porque, según Joan Laporta, había algunos problemas con la Compañía Telefónica, que debían modificar sus programas informáticos para abaratar las llamadas. Al final no se puso nunca teléfono. También contaba con la posibilidad de pagar con tarjeta de crédito, todo una innovación de la época, bueno...es que aún no se ha puesto en ninguna línea. Decian los conductores que tenían problemas de recepción de señal, y que muchas veces no podían hacer la operación y esperaban a circular por el Pº de Gracia que tenía mejor corbetura. El servicio "Tomb Bus", según la publicidad de la época, estaba concebido para ser una opción de transporte de alta calidad, dirigida especialmente a aquellos sectores de la población que hasta entonces utilizaban básicamente el automóvil particular para acceder al centro de la ciudad y los usuarios que también eran habituales del taxi. En las fiestas de la Mercé del año 1993 -24 septiembre 1993- ocho unidades del Tombús participaron en una actividad llamada +Mercè, que enlazaba el Mercado de Les Flors con el Palau Sant Jordí y los locales de +Mercé durante los días de la fiesta de la Mercé. El 20 de mayo de 1994 se puso en circulación el primer autobus eléctrico que funcionó en España. La empresa alemana Neoplan cedió un Metroliner N8008E para que funcionara durante un mes (hasta el 20 de junio) en esta línea de Tombús. El coche eléctrico estrenado funcionaba con una batería eléctrica que se tenia que cambiar dos veces al día en una operación que sólo duraba siete minutos y la podía hacer el mismo conductor. La estación de recarga si situó delante del Palacio de Pedralbes. Era un autobús, silencioso y no contaminante, pero tenía tres inconvenientes: una autonomía de sólo 40 kilómetros, una velocidad máxima de 50 kilómetros por hora y era muy costoso económicamente. El 30 de noviembre del 2001 se renovó su flota y sustituyó los autobuses Van Hool por 11 autobuses Man NF-223F de 10'5 metros de longitud, con capacidad para 20 personas sentadas y accesibles para personas con movilidad reducidad, decorados especialmente para ofrecer un servicio de alta calidad y confort. La inversión de la compra de estos nuevos vehículos fue de 435 millones de pesetas. Como nota anecdótica, cabe citar que la línea amplía su recorrido hasta las instalaciones del Real Club de Tenis Barcelona cuando se celebra el trofeo Godó. El 29 de marzo del 2008 finalizó su servicio, tras 17 años de funcionamiento y siete de pérdida de pasaje por el incremento de la oferta de transporte público integrado que cubre su mismo trayecto. La razón del cierre fue su bajo volumen de pasaje. Las cifras cayeron en picado desde que, el 2001, se puso en marcha la integración tarifaria. Las ventajas de poder usar un mismo billete para distintos medios de transporte público, la mejora de la calidad de las líneas de TMB y la irupción del Trambaix, el 2004, hicieron que, año tras año, su utilización fuera bajando. En el dia de su cierre la flota disponía de siete vehículos y una plantilla de 18 trabajadores. Todos los recursos -humanos y materiales- se mantuvieron y fueron integrados en otras líneas operadas por TCC. Como curiosidad el último coche en realizar la línea, fue el 327 que salió de la Pl. Pius XII a las 21.45h. Una vez acabada la línea, cinco de sus coches fueron a parar a la compañía Sarbus (aunque en el verano del 2008 dos de ellos prestaron servicio en lineas urbanas de Sarfa, en la provincia de Girona). Concretamente fueron los el ex-324 (actual 2324 de Sarbus), el ex-325 (actualmente 2325 de Sarbus), el ex-328 (actual 2328 de Sarbus), el ex-329 y el ex-330 (actual 2327 de Sarbus). Más adelante, tres de ellos, fueron a renovar el parque del servicio urbano de Barberá del Vallés y otros fueron a Sitges.
Fuentes:
Cronologia |